¿Cómo funciona?
Para que tus plantas puedan crecer de la mejor forma posible es imprescindible que se den las mejores condiciones. Además de la luz, el agua y los nutrientes justos hay algo que tu planta necesita por encima de todo para crecer de forma saludable: espacio suficiente. Lamentablemente, muchas veces se descuida este requisito fundamental. Aquí te contamos de forma resumida por qué es tan importante trasplantar tus plantas y cómo hacerlo paso a paso.
Lo que se recomienda es trasplantar las plantas a una maceta más grande con una frecuencia de entre uno y dos años, en función de su crecimiento. Por lo general, las plantas en maceta pueden trasplantarse en cualquier época del año, pero lo ideal es aprovechar el comienzo de la fase de crecimiento, que tiene lugar entre febrero y abril. o durante el otoño. Escapa de las épocas de más calor o de más frío. Siempre que observes que las raíces sobresalen por los agujeros de drenaje o el substrato desprende un aroma desagradable no te demores en realizar el trasplante.
La maceta debe ser 2 o 3 cm más grande que la anterior. En el caso de las plantas más antiguas que ya no se trasplantan cada año, el diámetro de la nueva maceta debe ser unos 5 o 6 cm mayor que el de la antigua. Antes de trasplantarla, debes comprobar si tiene si el substrato presenta algún tipo de larva o gusano.
PASO A PASO
1
Cubre el fondo de la nueva maceta con grava, fragmentos de arcilla expandida, hidrogránulos o o similares como Granuplant a base de piedra pómez, para evitar que el substrato se filtre. Y sobre todo facilitar el drenaje, evitando que el agua se quede estancada y que, por tanto, las raíces se pudran.
2
Retira la planta de la maceta antigua, si las raíces y el substrato está muy compactado, con un toque seco en el borde de la maceta, esta debería desprenderse sin problema. Si el cepellón está muy enraizado, puedes intentar desenraizar con los dedos las raíces más finas. Debes eliminar las raíces secas o podridas por completo. También para propiciar la emisión de nuevas raíces puedes eliminara alguna gruesa o que sea larga en exceso, mayoritariamente estas raíces solo están ejerciendo la función de anclaje. No podes las raíces en plantas jóvenes, suculentas o crasas, o raíces aéreas como las de las orquídeas o ficus, salvo que se encuentren dañadas o enfermas.
3
Llena la nueva maceta con un poco de substrato, ya sea universal o uno especial que se ajuste a las necesidades de tu planta. Coloca la planta en la maceta y enderézala. Termina de llenar la maceta de substrato hasta que quede 2 cm por debajo del borde.
4
Cuando ya hayas prensado bien el nuevo substrato, añádele un poco más de tierra. Es importante que dejes un espacio de 1 o 2 cm entre el substrato y el borde de la maceta. Así, tendrás ese borde de riego disponible y será más fácil regar la planta sin que el agua se desborde. Coloca la planta en un platillo. Por último, riega bien la planta con un chorrito fino de agua tibia.
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