Tífula (Typhula incarnata)

La tífula (Typhula incarnata) produce un enfurtido radicular típico. Se desarrolla a partir de septiembre/octubre cuando la temperatura oscila entre 0 y 12 ºC. Se forman manchas de color entre gris claro y marrón. Las gramíneas adquieren un aspecto seco como el papel y lucen un brillo plateado. Se pegan entre ellas. Las manchas son irregulares y pueden tener un tamaño superior a 50 cm. Esta enfermedad criptogámica se presenta particularmente en las superficies no segadas al ras antes del invierno y cubiertas de hojas o de un manto de nieve por algún tiempo.

Desafortunadamente, no existen productos fitosanitarios para un control específico. No obstante, algunas medidas preventivas son muy prometedoras:

• En primavera, escarifica la superficie seca del césped para airearlo tres semanas después de haber abonado mediante pases cruzados.
• No apliques cal todavía, ya que el hongo se desarrolla mejor en condiciones alcalinas.
• Abona el césped para reforzar su resistencia.
• Resiembra las zonas desnudas que no se cubren por sí mismas.
• En primavera y en verano, corta el césped a una altura de 4 a 4,5 cm con regularidad.
• En otoño, recoge las hojas y los residuos de la siega para favorecer la aireación del césped.