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Cómo regar correctamente el césped

5 Errores de riego en el césped

Un césped exuberante y saludable: este es sin duda el deseo de la mayoría de los aficionados a la jardinería que cuidan con atención su propio césped. Especialmente en verano, cuando el césped se convierte en el escenario principal para fiestas en el jardín, relajación diaria o juegos de niños, un riego adecuado es fundamental, pero a menudo se cometen errores que ponen en riesgo la belleza y salud del césped. Aquí te presentamos los 5 errores más comunes para que puedas evitarlos y mantener tu césped en óptimas condiciones.

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Error núm. 1: Regar el césped diariamente, pero solo por períodos cortos

Especialmente durante largos períodos de sequía en verano, muchos jardineros aficionados piensan que están ayudando a su césped al regarlo todos los días. En realidad, es exactamente lo contrario. Con un riego diario pero corto, el agua solo alcanza la capa superior del suelo y no llega al sistema radicular profundo del césped, ya que la cantidad de agua proporcionada no es suficiente para este propósito. La consecuencia de este riego superficial es que, aunque inicialmente el césped pueda parecer verde y saludable, un suelo regado de esta manera se seca mucho más rápido durante los meses cálidos del verano y las raíces no encuentran reservas de agua debajo de la superficie. Durante los períodos de sequía, son las hierbas con raíces profundas las que pueden extraer las últimas reservas de agua del suelo. En los períodos de mucho calor, si riegas tu césped solo superficialmente, no habrá suficientes reservas en profundidad. Las malas hierbas con raíces profundas, como el diente de león o la plantagina, prosperarán fácilmente: podrán propagarse más rápidamente y acceder al agua en las capas más profundas del suelo. Para fomentar que tu césped desarrolle raíces fuertes, es mejor regar solo una o dos veces por semana pero de manera intensa y uniforme.

Error núm. 2: No proporcionar suficiente agua

Especialmente en ausencia de lluvias naturales, es esencial suministrar suficiente agua al césped sediento. Según las condiciones del suelo, la humedad, el viento y la temperatura, un metro cuadrado de césped puede evaporar hasta cuatro litros de agua al día durante los meses de verano. Dado que las raíces de las gramíneas que componen el césped suelen alcanzar unos 15 centímetros de profundidad, es importante regar el suelo profundamente. Las necesidades de agua de tu césped dependerán principalmente del tipo de suelo. Los suelos arenosos y sueltos requieren entre 10 y 15 litros por metro cuadrado, mientras que los suelos arcillosos y pesados necesitarán de 15 a 20 litros. Dado que los suelos arcillosos retienen mejor la humedad, es suficiente regarlos profundamente una vez por semana. En suelos muy arcillosos, puede ser útil dividir la cantidad de agua necesaria en dos riegos consecutivos durante dos días para permitir una mejor filtración del agua. Los suelos arenosos y sueltos pueden regarse cada tres o cuatro días, ya que se secan más rápidamente.

Consejo: El riego del césped no debe limitarse únicamente al verano. Es importante, especialmente durante los primeros meses del otoño, continuar regando regularmente para revitalizar el césped y mantenerlo vigoroso en preparación para la llegada del clima frío.

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Error núm. 3: Regar en exceso

El exceso de riego también puede ser problemático. Si ves charcos o agua estancada en tu césped, es probable que estés regando demasiado. Esto puede ser perjudicial, ya que el suelo puede retener demasiada agua, expulsando el aire y provocando que las raíces del césped se pudran. Si notas un olor a moho o que el césped adquiere un tono azul-grisáceo, podría ser una señal de que el suelo carece de oxígeno. Si has regado en exceso, puedes intentar corregirlo aerando o escarificando tu césped. Esto permitirá que el oxígeno llegue nuevamente a las raíces y mejore el drenaje. Después de airear, esparce arena sobre el césped para evitar el estancamiento, aflojar el suelo y aumentar su permeabilidad. Al planificar el riego del jardín, ten en cuenta también las lluvias naturales: después de un aguacero, es posible que no necesites regar durante varios días. En cuanto a cuándo deberías continuar el riego, dependerá del sol y de las temperaturas.

Error núm. 4: Regar en el momento incorrecto del día

El mejor momento para regar el césped es temprano por la mañana, aproximadamente entre las 3:00 y las 6:00. En ese momento, la tierra está más fresca y puede absorber el agua de manera más efectiva. Si riegas por la noche, el suelo todavía retiene calor, especialmente durante los meses de verano. Esto hace que gran parte del agua se evapore en la superficie y no llegue a las raíces del césped. Además, regar por la noche puede aumentar el riesgo de enfermedades fúngicas, ya que la humedad en el césped combinada con las temperaturas frescas durante la noche crea condiciones ideales para la propagación de patógenos. Por otro lado, regar bajo el sol ardiente del mediodía puede dañar el césped, ya que las gotas de agua pueden actuar como una lupa, intensificando el calor y causando quemaduras en el césped.

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Error núm. 5: No regar adecuadamente el césped recién sembrado

¿Has tenido éxito sembrando tu césped? Aunque las semillas hayan germinado bien y las plántulas estén creciendo fuertes y vigorosas, es esencial seguir un protocolo adecuado de riego. Después de la siembra, es fundamental mantener el suelo siempre ligeramente húmedo para favorecer el desarrollo del césped, ya que la sequedad puede ser perjudicial para las pequeñas plántulas. Lo ideal es regar tu césped recién sembrado al menos una vez al día. Si las condiciones meteorológicas son particularmente secas, incluso podrías necesitar regar dos o tres veces al día durante unos 10 minutos para asegurar que la capa superior del suelo permanezca húmeda. Después de unas tres semanas, cuando las semillas hayan germinado, podrás reducir la frecuencia de riego. Aunque las semillas están en la superficie, es fundamental mantener el suelo siempre húmedo hasta que el césped esté bien enraizado. Se recomienda proporcionar diariamente de 10 a 15 litros de agua por metro cuadrado para el césped.

Consejo: Tras la fertilización, es esencial asegurar un adecuado suministro de agua para el césped. Lo ideal es regar el césped durante 20-30 minutos después de aplicar el fertilizante. De este modo, los gránulos de fertilizante que se adhieren a las plántulas, son lavados hacia el suelo y se disuelven, permitiendo que el fertilizante despliegue todo su potencial.

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¿CUÁL MÉTODO ES EL MEJOR?

Regar el césped fácilmente

Se pueden elegir entre numerosos métodos de irrigación que facilitan el control preciso de la cantidad de agua suministrada. Un sistema de riego automático, por ejemplo, con un rociador empotrado en el suelo, es una opción muy conveniente. Si utilizas una manguera de jardín o un rociador de césped en la superficie, también puedes conectar un contador de agua a la manguera. Calcula las necesidades totales de tu césped estimando aproximadamente 15 litros por metro cuadrado; de esta manera, podrás determinar fácilmente si se ha aplicado la cantidad de agua requerida en toda el área. Con un sensor de humedad, también puedes controlar el nivel de humedad del suelo y determinar si y cuánto más necesita ser regado el césped. Si no tienes un medidor de humedad, puedes determinar la cantidad correcta de agua con un truco simple. Para hacerlo, coloca algunos tarros de lata vacíos en el césped. Tan pronto como estos se llenen de agua hasta aproximadamente un centímetro y medio, significará que has proporcionado al césped 15 litros por metro cuadrado; por lo tanto, el agua de riego habrá alcanzado la profundidad requerida en el suelo y puedes detener el riego. Otra opción es medir el tiempo de riego y luego cavar en el suelo con una pala (en el borde del césped en una zona poco visible) para verificar si el suelo se ha humedecido lo suficiente durante el período de tiempo seleccionado para el suministro de agua, por ejemplo, 10 minutos.

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