La batata

En los últimos años, la batata (Ipomoea batatas), originaria de la zona tropical de América Central, se extiende cada vez más en nuestras latitudes. Estos tubérculos ricos en nutrientes que aportan diversidad y color a nuestros platos se cocinan como las patatas tradicionales, con las que, al contrario de lo que se pudiera pensar, no tienen ningún parentesco. Debido a su origen, no resiste las temperaturas del suelo inferiores a 10 ºC, por lo que es aconsejable su cultivo en invernaderos o cajoneras de cultivo. A falta de invernadero, la plantación al aire libre de este tubérculo sensible al frío debe esperar hasta el fin de los santos del hielo.

Puedes propagar la batata a partir de los tubérculos si no deseas adquirir la planta en un vivero. Existen dos métodos: el primero es similar al del cultivo de un aguacate en el alféizar bien soleado de una ventana. En lugar de una semilla de aguacate, coloca la parte inferior de una batata en el borde un vaso con agua y fíjala mediante tres palillos de dientes. Cuando los brotes alcancen unos 20 cm, planta el tubérculo, cubriéndolo por la mitad con un mantillo. El segundo método consiste en colocar el tubérculo en una caja llena de tierra, en una habitación clara, y dejar que eche brotes.

Planta la batata en parterres, observando una distancia entre plantas de entre 50 y 60 cm entre las hileras y de entre 30 y 40 cm sobre una misma hilera. Para conseguir una cosecha satisfactoria en cajoneras de cultivo, opta por cajoneras de al menos 30 l de capacidad.

Durante la etapa de crecimiento, las plantas necesitan mucha agua para mantener sus grandes y suaves hojas, por lo que hay que asegurarse de regar lo suficiente en caso de sequía prolongada. Por otro lado, hay que evitar cualquier anegamiento a toda costa. Al igual que con la patata, la aporcadura es beneficiosa para el cultivo.

Cada 3 semanas, es aconsejable fertilizar la batata con cuerno triturado y polvo de huesos, o con un fertilizante universal de liberación sostenida. Una sola fertilización no es suficiente en el caso del cultivo de la batata en macetas, por lo que es recomendable utilizar regularmente nuestro fertilizante para frutas y hortalizas que garantizará una cosecha de tubérculos sanos y sabrosos.

Según el tiempo atmosférico, puedes cosechar los frutos de tu trabajo en septiembre o en octubre. Puedes comenzar a desenterrar cuidadosamente los tubérculos a partir del momento en el que las hojas en los sarmientos comiencen a tornarse amarillas. En caso de adelantarse la temporada de frío, debes proteger las plantas con un abrigo vegetal espeso o una capa densa de paja. Tras la cosecha, deja que los tubérculos se sequen al aire libre durante dos días. También son comestibles las hojas de este superalimento, pudiéndose cocinar como las espinacas.

Los tubérculos de batata se conservan durante un tiempo limitado, por lo que se deben consumir antes de que se pudran.