Características
Cuidados
Periodo de florecimiento
Características
Plantar adecuadamente
Cultivo de los rosales
Los rosales —plantas pertenecientes al género Rosa— necesitan un suelo profundo, mullido y humífero. Estos suelos deben ser capaces de retener la humedad sin anegarse. Los rosales se desarrollan óptimamente en lugares soleados y aireados. No obstante, algunas variedades se desarrollan bien a mediasombra. Los lugares sombreados, demasiado húmedos o secos, son perjudiciales para su crecimiento. Evita también los lugares demasiado cálidos, ya que las rosas se marchitan rápidamente y son más sensibles a las enfermedades. Por otro lado, las plantas se secan rápidamente en los lugares expuestos a las corrientes de aire.
El otoño es el mejor periodo para plantar los rosales. Así, tendrán el tiempo suficiente para formar y desarrollar su sistema radicular antes de las primeras heladas, una ventaja significativa con vistas a la primavera. Además, las plantas estarán en mejores condiciones para guardarlas en depósitos refrigerados durante el invierno, una práctica bastante común.
No plantes los rosales demasiado cerca los unos de los otros para evitar las enfermedades causadas por hongos u otros parásitos filamentosos (enfermedades criptogámicas). La distancia apropiada depende de la velocidad de crecimiento de cada variedad.
Cava un hoyo con un diámetro y una profundidad de 40 cm para cada planta. Para garantizar un desarrollo óptimo, rellena el hoyo con un mantillo especial. Rellena 2/3 del hoyo con mantillo, allana y riega los rosales recién plantados. Una vez absorbida el agua, rellena el tercio restante del hoyo con el mismo mantillo. ¡No te olvides de regar regularmente después de la plantación!
La lavanda y los rosales son buenos vecinos. Además de la armoniosa combinación de las flores, la lavanda protege naturalmente los rosales contra los pulgones y las hormigas.
Cuidar adecuadamente
Cuidados de los rosales
Para que se desarrollen debidamente, es necesario regar abundantemente los rosales recién plantados. Un riego frecuente y leve no cumple con el cometido, ya que el agua no penetra en las capas profundas del suelo. Consecuentemente, es necesario mantener el suelo alrededor de las raíces húmedo. Los rosales más viejos no necesitan riego, excepto durante una ola de calor fuerte. No mojes el follaje ni riegues en pleno día (para no someter a tus plantas al riesgo de quemaduras). A finales de verano, reduce el riego para preparar las plantas para el reposo vegetativo invernal.
Para asegurar un crecimiento vigoroso y flores espléndidas, los rosales necesitan muchos nutrientes en una proporción cuidadosamente equilibrada. Consecuentemente, se recomienda fertilizar regularmente los rosales durante el periodo de crecimiento y de floración (de junio a otoño) con un fertilizante especial para rosales. El suelo debe estar húmedo para aplicar el fertilizante. Es una condición importante, ya que los rosales no absorberán los nutrientes en caso de sequía.
La primavera (marzo o abril) o antes de la floración constituyen un buenos periodos para podar los rosales. Siempre corta los brotes por encima de las yemas orientadas hacia fuera. Corta cerca de la base de la yema, a unos 5 mm por encima. Realiza la poda con unas tijeras de podar bien afiladas.
La mayoría de los rosales son resistentes al invierno; sin embargo, las variedades cultivadas pueden verse perjudicadas por las heladas persistentes. En consecuencia, se recomienda proporcionarles una protección invernal permeable al aire (por ejemplo, un manto de yute o una tela no tejida especial). Puedes proteger los tallos de las plantas cubriéndolos con ramas de píceas o con compost.
Más información sobre los cuidados que dispensar a los rosales