
Hay pocas plantas tan ricas en especies como los rosales. Se diferencian tanto por su talla, porte y color como por su perfume. Así pues, no es sorprendente que muchos jardineros aficionados se sientan abrumados por la enorme oferta. Por lo tanto, puede resultar útil contar con un resumen o descripción de cada grupo de rosales. Una vez elegida la especie de rosal, hay que decantarse por la variedad. Se distinguen varios grupos:

Rosales de flores agrupadas: los rosales de flores agrupadas son particularmente convenientes para plantarlos en superficies grandes y formando grupos. La mayoría tiene un porte compacto, no sobrepasan los 60 cm y florecen varias veces al año. La frondosa rosa bonica 82, la sevillana y el luminoso goldmarie o el Mmber queen se encuentran entre las variedades más conocidas.
Rosales de grandes flores: pertenecientes a los híbridos de té o grandifloras, gracias a su erguido porte, los rosales de grandes flores miden entre 80 y 100 cm de altura. Destacan especialmente en pequeños grupos o en solitario en los macizos. Estas elegantes plantas, abundantes en pétalos y a menudo con gran perfume, causan sensación en junio y entre septiembre y octubre. Destacan por producir flores solitarias o en pequeños racimos. Algunas variedades importantes son aachener dom (con rosas de color salmón), burgund 81 (con rosas de color rojo intenso) y gloria dei, también conocido como Meilland o Peace (con rosas de color amarillo y bordes rojo cobrizo) o la Queen Elizabeth (de color rosa claro y muy resistente).
Rosales arbustivos: los rosales arbustivos constituyen verdaderas maravillas floridas. Tienen la ventaja de desarrollarse bien tanto en altura como en anchura y contar con tallos particularmente robustos. Por lo general las floribundas florecen varias veces al año y alcanzan una altura de 1,2 a 2 m. Los rosales arbustivos son de muy distintos en tamaños y colores. Además, se prestan para cualquier tipo de plantación: en solitario, en grupo, en setos. Variedades particularmente hermosas son la rosa elmshorn de densos pétalos, fragancia discreta con un toque ácido, muy resistente a las enfermedades muy utilizada en parques o la rosa Iceberg de color blanco con floración abundante y remontante.
Pequeños rosales arbustivos: ideales para las plantaciones de envergadura, para cubrir grandes extensiones, debido a su robustez y porte denso. En consecuencia, se les suele denominar rosas rastreras. Se caracterizan por su abundante floración y resistente follaje. La variedad «romantic roadrunner», de flores nostálgicas y de color rosado intenso que invitan al romanticismo, hacen latir más fuertemente el corazón de los apasionados de las rosas.
Rosales trepadores o rosales lianas: los robustos rosales lianas suben por los muros de las casas, los arcos, las pérgolas y los cobertizos. Se asemejan a los rosales arbustivos, sin embargo, sus tallos son más largos y pueden llegar a medir hasta cinco metros de longitud. Imperativamente, necesitan agentes promotores del crecimiento para desarrollarse. Es común encontrar la variedad eden rose en muchos jardines. Este rosal atrae todas las miradas debido a sus sublimes y luminosas flores de gran tamaño rosa claro, y su perfume ligero y afrutado. Los rosales lianas son una nueva variedad versátil de rosales trepadores con flores más pequeñas. Por ejemplo, resultan ideales para tapizar los árboles o los cercados.
Rosales miniaturas : conocidos como rosales minis o de pitiminí, son bastante densos y se encuentran entre las variedades de rosales más versátiles. Debido a su limitado crecimiento, raramente alcanzan más de 30 o 40 cm. Resultan ideales para plantarlos en cajoneras de cultivo, macetas y en los bordes de los macizos. En verano, sus pequeñas y exuberantes flores se abren. La mayoría de los rosales miniaturas prácticamente no tiene espinas y son resistentes a las enfermedades típicas de los rosales. Algunas de las variedades más populares son guletta (con flores amarillo limón vivo) o «pink symphonie» (un rosal miniatura denso, con tallos muy ramificados, flores de color rosa pálido y muy resistente a las enfermedades).
Rosales silvestres: no requieren mayores cuidados, suelen tener un porte ligero y arbustivo y resultan ideales para plantarlos en grupos o en setos. Florecen de forma exuberante una vez al año. En invierno, sus escaramujos o tapaculos imprimen hermosos toques de color en el jardín y constituyen una valiosa fuente de nutrientes para una multitud de insectos y pájaros. Una variedad muy conocida es el rosal arbustivo rosa espinosa (Rosa pimpinellifolia), la cual se caracteriza por sus flores de color entre blanco y amarillo claro, y por sus escaramujos negros. También muy común entre las silvestres es la rosa canina de color blanco o pálido, con flores simples de 5 pétalos y escaramujos rojos.
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