Mosca Blanca

En caso de infestación de la mosca blanca, aparecen numerosas manchas amarillentas debido al efecto de la succión de estos insectos. La mosca blanca mide de 1 a 3 mm y ataca toda la planta. Al percibir el más mínimo contacto, levantan el vuelo. Los insectos se concentran principalmente en el reverso de las hojas. Además de las moscas adultas, se encuentran huevos y larvas de color verde claro. Las larvas también chupan la savia de las plantas. Los aleuródidos excretan rocío de miel o ligamaza. En consecuencia, las hojas se cubren de una sustancia pegajosa. La fumagina se desarrolla sobre el rocío de miel y confiere un aspecto negruzco a las hojas. Posteriormente, las hojas se pueden vovler amarillas. A finales de julio, las moscas blancas ponen sus huevos en el reverso de las hojas. Más tarde, en septiembre, los huevos eclosionan y surgen las larvas que hibernarán en el reverso de las hojas muertas. Si las condiciones son ideales, las moscas blancas podrán proliferar. Las plantas de interior y de balcón son susceptibles a un ataque de estos insectos durante todo el año. Los rosales son vulnerables de mayo a octubre y el jardín ornamental, de mediados de mayo a mediados de septiembre.

Para prevenir la infestación, es necesario evitar ambientes secos y calurosos. Elimina las hojas muertas en otoño y no permitas que cubran el suelo. En lo que aparezcan los primeros aleuródidos, trata las plantas integral y regularmente con un insecticida, asegurándote de aplicar el producto especialmente en el reverso de las hojas. Si no deseas recurrir a un insecticida, puedes reducir significativamente la infestación con trampas de pegamento o mediante trampas cromotrópicas amarillas.