A pesar de unos atentos cuidados y de un buen hábitat, tus plantas pueden sufrir el ataque de plagas y enfermedades. Los productos fitosanitarios, especialmente los formulados para el uso doméstico y pequeños jardines, permiten proteger eficazmente las plantas sin entrañar riesgos para los usuarios ni contaminar el medioambiente. Aquí, descubrirás los productos más apropiados y cómo usarlos debidamente.
Paso a paso
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Lee detenidamente las instrucciones antes de comenzar el trabajo. En ellas encontrarás toda la información importante, por ejemplo, las limitaciones de uso, el modo de aplicación, la dosificación, los plazos de seguridad y las medidas de precaución.
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La dosificación de los productos fitosanitarios depende de cada producto, la concentración de este, la plaga o enfermedad a eliminar, el cultivo, la superficie a tratar y el estado del desarrollo de las plantas. Por lo general, se indica en ml/l (mililitros de producto diluidos en un litro de agua) en caso de ser productos líquidos o gr/l (gramos por litro de agua) si se trata de productos sólidos solubles. Los concentrados se deben diluir en agua y aplicar mediante un pulverizador. Si el producto líquido es un concentrado, se debe extraer la cantidad necesaria y, seguidamente, añadirla al volumen de agua correspondiente y mezclar con una vara de madera. Si utilizas un producto en polvo o granulado para preparar una suspensión, vierte primeramente una parte de agua, añade el producto, mezcla bien y completa con agua hasta obtener la concentración necesaria. La etiqueta también te expresará que cantidad de mezcla debes aplicar por superficie.
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Rocía tus plantas regular y abundantemente, pero sin llegar al punto de rocío, evita que el producto gotee. También debes aplicar el producto en el reverso de las hojas. Tras la aplicación, lávate las manos, así como cualquier parte del cuerpo que haya estado expuesta. Atención: Es preferible aplicar los productos fitosanitarios durante las horas frescas de la mañana y de la tarde, y cuando no haya viento. Tampoco es aconsejable realizar la aplicación en caso de temperaturas elevadas o una fuerte radiación solar. Por otro lado, cuando el viento es fuerte, existe el riesgo de que el producto alcance otros cultivos, personas o animales, por lo que no es aconsejable su aplicación en esas condiciones. No los apliques antes de llover o mientras llueve. La lluvia lava el producto, el cual seguidamente será absorbido por el suelo, además de no quedar fijado en la planta y perder efectividad.
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No almacenes ninguna mezcla reciclada. . Limpia cuidadosamente el pulverizador con abundante agua. Enjuaga la mochila o pulverizador donde hayas realizado la mezcla, diluyendo su contenido en una proporción de al menos 1:10, y aplícalo sobre las plantas ya tratadas o espárcela sobre la mayor superficie posible del jardín (por ejemplo, sobre el césped en el caso de insecticidas y fungicidas, y sobre el suelo desnudo en el caso de herbicidas).
Para aplicar estos productos, usa preferiblemente ropa de manga larga, pantalones, calzado cerrado y guantes. También puedes usar gafas de protección y sombrero, siempre observando las instrucciones.
Durante la aplicación
Tras la aplicación
Puedes comenzar el tratamiento apropiado nada más descubrir la presencia de una plaga o de una enfermedad. Para facilitar la búsqueda del producto sanitario que utilizar, puedes plantearte las siguientes preguntas:
Se deben respetar estrictamente las dosis indicadas. Dichas indicaciones garantizan que la cantidad aplicada sea suficiente para obtener el resultado deseado y evitar un gasto innecesario de producto, además de evitar posibles reacciones adversas sobre las plantas.
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