Las calateas

A pesar de una floración prácticamente insignificante, las calateas son plantas de interior sumamente extractoras de nutrientes. Las hojas se enrollan durante la noche y se vuelven a desenrollar al día siguiente. Las calateas prefieren los interiores luminosos y protegidos de la radiación directa del sol, incluso lugares parcialmente sombreados, pero siempre cálidos y resguardados de las corrientes de aire frío. Lo ideal es un entorno caracterizado por una humedad relativa de entre 70 y 80 % y una temperatura ambiente promedio de entre 22 y 25 ºC (nunca inferior a 18 ºC durante el invierno).

Trasplanta tus calateas a macetas más grandes cada 2 años, como máximo, y preferentemente en primavera. Examina el cepellón en busca de raíces quemadas o podridas. En caso positivo, elimínalas cuidadosamente antes colocar la planta en su nueva maceta. Ten en cuenta la forma de la nueva maceta: no te olvides que las calateas son plantas de raíces rastreras, por lo que las macetas más largas que altas son más convenientes.

Las calateas se propagan por división de la planta madre. Tras el trasiego, sacude la tierra restante. Las raíces de la planta tienen henchimientos que asemejan bulbos. Para garantizar un buen enraizamiento tras la división de la planta madre, cada parte debe tener algunas raíces o algún tallo rizomatoso. Planta y, seguidamente, riega las raíces o tallos rizomatosos en una maceta llena de mantillo fresco para plantas verdes y palmeras.

Riega tus calateas moderadamente de abril a octubre, pero no con demasiada frecuencia. Limita el riego durante el periodo de reposo vegetativo (de noviembre a marzo). No utilices agua potable dura, opta por el agua de lluvia, la cual es más apropiada. A falta de agua de lluvia, puedes utilizar agua del grifo decantándola previamente durante uno o dos días. Es sumamente importante evitar el desecamiento de las raíces, así como cualquier anegamiento.
Pulveriza regularmente agua sobre las hojas de tus calateas para simular la atmósfera del biotopo sudamericano originario.

Las necesidades nutritivas de las calateas oscilan de limitadas a moderadas. Durante la fase de crecimiento, aplica un abono líquido especial para plantas verdes una vez por semana o bastoncillos fertilizantes cada 3 meses. En invierno, reduce la aplicación de abono líquido a una vez por mes.

Las hojas ornamentales de estas plantas atraen todas las miradas. Dado que las grandes hojas de color verde oscuro de las calateas pierden rápidamente su brillo al cubrirse de polvo o de una película grasosa, es aconsejable limpiarlas con un paño húmedo. Evita plegar los nervios de las hojas para no dañarlas. También debes evitar colocar tus calateas bajo un chorro de agua, lo que podría suponer un choque hídrico del cual difícilmente podrían recuperarse.