Instrucciones para la creación de un macizo de vivaces

Comienza por eliminar las malas hierbas y sus raíces, así como las piedras. Cuanto más meticulosa sea la preparación, menos problemas encontrarás en los años venideros. Es bastante difícil acabar con las malas hierbas cuando estas han invadido y colonizado las raíces.

Seguidamente, afloja la tierra layándola a unos 15 cm de profundidad. Es la única forma de garantizar el buen enraizamiento de las plantas. Las vivaces necesitan suelos mullidos y humíferos. A tal fin, incorpora al suelo un mantillo agrícola apropiado para las necesidades de tus plantas.

Seguidamente, crea el perímetro del macizo usando, por ejemplo, pequeños adoquines de granito. Luego, para evitar una densidad excesiva de plantas, traza una cuadrícula de líneas hechas con arena (20 cm por lado) para servir de guía para toda la superficie.

Coloca primeramente las vivaces sobre el macizo para comprobar que las plantas estén repartidas armoniosamente. Las vivaces directrices deben estar ubicadas al fondo del macizo, rodeadas de las vivaces de acompañamiento. A continuación, coloca las vivaces de relleno más pequeñas en la zona perimetral.

Haciendo uso de una pala o de una laya, cava un hoyo de plantación un poco más grande que el cepellón (como mínimo). Retira un poco de tierra alrededor del cepellón para facilitar el enraizamiento. La adición de un agente promotor del crecimiento en el hoyo de plantación contribuirá al buen enraizamiento. Retira las vivaces de sus tiestos justo antes de plantarlas para que no languidezcan. Una vez plantadas, riega abundantemente el macizo.