
Cinco consejos para reducir el trabajo en cenadores o glorietas
Tener un jardín es de por sí maravilloso. Pero no hay que entusiasmarse: un jardín también exige muchos cuidados. Para disfrutar de más tiempo de ocio, basta con poner en práctica algunos sencillos trucos que permiten reducir considerablemente el tiempo que se invierte en rastrillar, edrar, escardar, etc. Pero la condición previa es evaluar serenamente el jardín. Al aceptar la naturaleza tal como es, sentirás menos la necesidad de ocuparte meticulosamente de todo y tendrás más tiempo para relajarte.

Mientras que algunos pasan horas en el baño para acicalarse, otros solo necesitan algunos minutos. Lo mismo ocurre con el mundo vegetal: algunas plantas necesitan muchos más cuidados mientras que otras se contentan con muy pocas atenciones. Esta última categoría incluye, entre otras, a las vivaces que cada año iluminan los jardines con una nueva floración y nos obsequian abundantes cosechas. Las vivaces son especialmente radiantes cuando se agrupan algunas pocas especies en macizos pequeños. Incluso con pocos cuidados, los frutales resistentes y los arbustos con bayas transformarán tu jardín en un colorido oasis en primavera y te obsequiarán con deliciosos frutos en verano.

El cultivo de tus propias frutas y hortalizas requiere cierto esfuerzo. Los jardineros que necesiten una cierta sensación de comodidad deberían, por lo tanto, valorar el cultivo de hortalizas en una cama elevada o mesa de cultivo. Una cama elevada no solo entraña ventajas para la espalda, sino que también constituye una buena protección contra las malezas. Además, las hortalizas están al resguardo de gorrones como los caracoles y las babosas. Las especies menos exigentes como el rábano, el colinabo, las legumbres, zanahorias o unos tomates cherry te gratificarán rápidamente con una hermosa cosecha con un mínimo de esfuerzos.

La fórmula mágica para todos aquellos a los que las labores de jardinería les provocan pereza: la cubrición del suelo. Al utilizar plantas tapizantes mejoramos la fertilizad del suelo, pero esa no es la única ventaja. Una cobertura vegetal bastante densa prácticamente no brinda ninguna oportunidad a las malezas y, al mismo tiempo, protege la superficie del suelo contra la radiación solar, el viento y la erosión que supone la lluvia. Además, la evaporación se lentifica, lo que permite reducir la frecuencia de riego. Por lo general, las plantas tapizantes tienen un crecimiento más rápido y son más fáciles de plantar, por lo que no se hace necesario reemplazarlas cada año. Otra ventaja importante: las especies tapizantes con abundante floración atraen a polinizadores y sirven de refugio a pequeños animales, contribuyendo a la biodiversidad de nuestro jardín.

El control de hierbas y el riego son dos actividades tan aburridas como consumidoras de tiempo. La cubrición de suelo es la solución ideal para reducir considerablemente estas dos faenas. De hecho, la aplicación sobre el terreno de los parterres o macizos de césped cortado de hojas o madera triturada proveniente de ramas de poda, mantiene durante más tiempo la humedad del suelo y reduce la velocidad de evaporación del agua; en consecuencia, la frecuencia y cantidad de agua será menor. Además, se hace mucho más difícil para las malas hierbas atravesar la capa de pajote, lo que reduce aún más las labores de jardinería, las escardas son menores y las malas hierbas que salen se quitan con mayor facilidad.

En cuanto al césped, una pradera florida y más rústica es, sin duda, la solución que exige menos esfuerzos. ¿Preferirías un césped más clásico? Si quieres un césped convencional es importante que tengas en cuenta el tipo de semillas a plantar, variedades de gramíneas como la Festuca arundinacea, el kikuyo o la grama, van a requerir de un menor consumo de agua y siegas menos frecuentes. En áreas extensas, los robots cortacésped representan una solución que simplifica el trabajo de los jardineros.
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