La drácena

La drácena (Dracaena marginata), originaria de Madagascar, es una planta que se desarrolla bien en hábitats claros o a media sombra, sin embargo, es necesario protegerla de la radiación solar directa. El motivo de las hojas se desvanece si la planta se encuentra en un lugar demasiado oscuro. Durante el periodo vegetativo, la temperatura debe estar entre 18 y 24 ºC, pero nunca por debajo de 20 ºC en invierno.

Los suelos ricos en nutrientes y de estructura estable —por ejemplo, nuestro mantillo para plantas verdes y palmeras— son ideales para la drácena y otras especies pertenecientes a la familia Asparagaceae. Es necesario trasplantar la drácena todos los años, o cada dos, en primavera o en verano.

El sustrato de la drácena se debe mantener húmedo en todo momento, de manera que no llegue a secarse nunca. Importante: evita cualquier anegamiento, ya que, en combinación con una baja temperatura del suelo, puede provocar la podredumbre de las raíces.

El ennegrecimiento de la punta de las flores es señal de la desecación del cepellón, la exposición a corrientes de aire seco y una fertilización excesiva.
Riega la planta, ora desde abajo haciendo uso de un platillo, ora desde arriba, pero sin tocar las hojas.

Fertiliza debidamente la planta de marzo a octubre. El potasio y el hierro confieren vigor y un color verde profundo a las hojas. Semanalmente, utiliza nuestro abono líquido especial o nuestros prácticos bastoncillos fertilizantes de liberación sostenida durante 3 meses.