Las amarilis

El nombre «amaryllis» es utilizado comúnmente para designar las plantas cultivadas del género Hippeastrum (que en latín significa literalmente «estrella de los caballeros»: hippeus [caballero] + astrum [estrella]) que son autóctonas de las zonas subtropicales de América del Sur y que pertenecen a las plantas bulbosas como los tulipanes. Su particularidad: florecen en invierno. A partir de noviembre y durante todo el periodo de floración invernal, las amarilis necesitan mucha luz, por lo que se deben trasladar a un lugar bien iluminado. Una temperatura de entre 15 y 20 ºC es ideal para una larga floración de tus amarilis. De mayo a julio, resérvales un lugar parcialmente sombreado en el exterior. Las amarilis entran en fase de reposo vegetativo a partir del mes de agosto, por lo que puedes resguardarlas en un lugar seco, por ejemplo, en una bodega.

Las amarilis se comercializan como flores cortadas, pero también están disponibles en bulbos. Los bulbos se plantan en pequeñas macetas de 12 a 14 cm de diámetro. Es importante que el mantillo sea mullido y permeable. Para garantizar una buena estabilidad, recomendamos nuestro mantillo para cactáceas y suculentas. Además, se deben observar las siguientes instrucciones:

• Para prevenir las enfermedades y la podredumbre, una mitad (en altura) del bulbo debe sobresalir de la tierra. 
• Tras la plantación, riega abundantemente una sola vez. 
• El próximo riego se hará únicamente al aparecer el primer botón. 
• En noviembre, puedes trasplantar tus amarilis, sin olvidar que debes eliminar los bulbillos.

Durante la floración invernal, basta con regar moderadamente una vez por semana. Siempre se debe evitar cualquier anegamiento. Al regar, ten cuidado de no tocar el bulbo para evitar que se pudra. Es aconsejable regar la planta desde abajo. Para ello, llena un platillo con agua para que la tierra y las raíces la absorban lentamente. Para moderar el tropismo del pedúnculo floral, gira la maceta 180º de vez en cuando. En fase de reposo vegetativo, deja de regar y elimina regularmente el follaje marchito.

Las amarilis deben «llenar el depósito de energía» tras la floración. Para transformar debidamente la radiación solar, forman largas hojas, las cuales no se deben cortar en ningún momento. Tampoco se deben cortar los pedúnculos tras la floración, ya que estos contienen nutrientes que regresarán al bulbo. Es importante garantizar un suministro suficiente de luz, agua y nutrientes porque las nuevas flores ya se están formando en el bulbo. Durante este periodo, es aconsejable fertilizar tus amarilis con nuestros fertilizantes para plantas.