Las orquídeas

Las especies de orquídeas más conocidas y populares son las pertenecientes al género Phalaenopsis y que comúnmente se les denomina orquídeas levilla o mariposa. Las orquídeas necesitan mucho aire fresco, sin embargo, no se deben exponer a las corrientes de aire. Se desarrollan mejor en lugares luminosos protegidos de la radiación directa del sol y con una alta humedad relativa, por ejemplo, el alféizar de una ventana orientada al este o al noroeste. Bien pueden colocarse sobre un calefactor, ya que el calor les resulta beneficioso. El intervalo de temperatura óptimo es de 20-30 ºC. Por la noche, se deben evitar las temperaturas por debajo de los 15 ºC.

Se distinguen dos grandes grupos: las orquídeas epífitas y las orquídeas terrestres. En sus hábitats de origen, el primer grupo vive colgado de las plantas de los grandes árboles y obtienen sus nutrientes a través del aire. El otro grupo, las orquídeas terrestres, habita en el suelo, en sustratos mullidos. En consecuencia, necesitan de un mantillo especial con una elevada proporción de corteza de pino que favorezca una buena aireación de las raíces e impida el anegamiento y, en consecuencia, la podredumbre radicular. Para asegurar un buen crecimiento y una floración exuberante, es necesario trasplantar las orquídeas cada dos años en un mantillo especial.

Las especies del género Phalaenopsis necesitan muy poca agua. Un riego excesivo entraña el riesgo de pudrición de las raíces. Es aconsejable dejar secar el mantillo antes de proceder al siguiente riego evitando, no obstante, que se deseque totalmente. Un rociado semanal es ideal.

Estas plantas deben mantenerse a una humedad relativa superior al 50 %. Rocía regularmente tus orquídeas mariposa en el caso de que la humedad relativa de su emplazamiento sea inferior al recomendado.

De marzo a octubre, aplica un fertilizante para orquídeas cada semana y cada dos semanas en invierno.

Para pasar el invierno, asegúrate de que el emplazamiento de tus orquídeas se caracterice por ser luminoso y tener una temperatura constante de entre 20 y 30 ºC. Las temperaturas algo más frescas estimulan la floración. Entonces, se hace necesario interrumpir el riego casi totalmente.