
La poda es una operación que no debemos descuidar. En los árboles podemos distinguir distintos tipos de poda en función de los objetivos que queremos conseguir: podas de formación, donde se busca darle al árbol una forma determinada. Podas de fructificación y de floración, en las que se persigue estimular mediante la poda al árbol para que aumente el número de flores en el caso de especies ornamentales, o para obtener una buena producción en los frutales. Podas de rejuvenecimiento, donde se pretende mediante cortes de la poda estimular nuevos crecimientos en el árbol. Podas de limpieza y mantenimiento, en estas podas se eliminan todas las ramas, secas, muertas o mal orientadas, con esta poda contribuimos a mantener la salud del árbol y su estética. Este tipo de podas suelen ser las que se realizan en la mayoría de las especies ornamentales y es una de las operaciones habituales del mantenimiento de nuestros jardines Además del tipo de poda, también debemos tener en cuenta la especie que vamos a podar, porque la respuesta del árbol puede ser incluso negativa. Aquí, te dejamos algunos consejos de cómo ayudarte en esta labor. Recuerda que la poda no es un arte como se dice, sino una técnica con la que conseguir unos determinados objetivos en nuestros árboles.

Debemos escoger el momento dependiendo del tipo de poda que vayamos a realizar. Por norma general el mejor periodo es al final del invierno tras el periodo de reposo y antes de la brotación, de mediados de febrero a marzo, una vez dejadas atrás las heladas más fuertes. En el caso de podas de limpieza, podemos realizarlas durante todo el año, evitando siempre los períodos con heladas severas o altas temperaturas. Si vemos que una rama está rota o revierte algún peligro, lo conveniente será eliminarla de inmediato independiente de la época del año.
Utiliza siempre herramientas bien afiladas para que la poda sea lo más limpia posible. Debemos escoger el tipo de herramienta según el diámetro del corte de la rama a eliminar. Para la eliminar ramas de brotes jóvenes y de pequeño diámetro hasta 2 cm podemos utilizar la tijera de mano, para ramas de 2-4 cm sería preciso tijeras de dos manos, y para cortes mayores precisaremos de serruchos de poda o incluso motosierra para cortes de gran diámetro.
Para conservar un porte natural, conviene podar las ramas primarias teniendo cuidado de mantener la estética de la copa, que esta sea sólida y equilibrada, además de que el interior del árbol este bien aireado.

En podas de ramas pequeñas como los que se practican en los aclareos o despuntes, siempre asegúrate de podar por encima de las yemas terminales, realizando cortes ligeramente oblicuos, para que el agua pueda fluir, dejando la yema en el lado exterior del corte. Para realizar un corte limpio es conveniente que coloquemos la tijera con la parte de la cuchilla del lado de la parte de la rama que va a quedar y la uña que es la parte más gruesa de la tijera del lado de la rama que va a caer al suelo. Es muy importante que el corte sea lo más limpio posible sin desgarros, para que la cicatrización sea lo mejor posible.
No realices los cortes demasiado cerca de los troncos, ya que esto entraña el riesgo de destruir el tejido cicatricial o callo que tiene como función cerrar las heridas para evitar las enfermedades fúngicas. Es muy importante cortar justo antes de ese zócalo, que son esas arrugas que se forman en las ramas con la inserción del tronco. Si lo haces de esta manera observarás como el corte se va cerrando concéntricamente de una manera uniforme hasta cerrar la herida.
Además, ¡asegúrate de no podar demasiado lejos de los troncos! Así, evitarás la formación de muñones demasiado grandes. Consecuencias: los hongos o las bacterias saprógenos (que favorecen la formación de moho) podrían infestar las ramas con mayor facilidad y, seguidamente, destruirlas.

Cuando buscamos acortar o desviar una rama, pero sin eliminarla desde su inserción con el tronco, debemos buscar lo que se llama un tirasavias, una rama de al menos un tercio del diámetro de la rama que deseamos acortar, el corte tiene que ser plano y paralelo a la rama que vamos a utilizar para desviar. Respetando igualmente esas arrugas que se forman en la zona de inserción para que la cicatrización sea lo mejor posible.

Paso a paso
Las ramas gruesas y de gran peso se deben acortar en tres etapas para minimizar el efecto del corte y no provocar posibles desgarros. A posterior estos cortes en ramas gruesas cuanto más limpios sean más van a favorecer la cicatrización e impedirán la penetración de virus, bacterias y hongos. Descubre cómo hacerlo paso a paso:
A menudo, es necesario esperar muchos años para que la herida cicatrice totalmente. Durante este periodo, los virus, las bacterias y los hongos pueden penetrar en el árbol. Por lo tanto, es necesario retirar las virutas de la herida y cortar las astillas que puedan quedar con un cuchillo, para que el corte quede lo más limpio posible.
Para acelerar la cicatrización, puedes aplicar pasta cicatrizante justo después de la poda, extendiéndolo 2 cm más allá de la herida. Controla la superficie cada dos o tres años y vuelve a aplicar el cicatrizante si fuera necesario.
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