Con el creciente interés en el medio ambiente y la naturaleza, nace el deseo de convertir nuestro propio espacio verde en un lugar más sostenible y respetuoso con el entorno natural. Esto también se manifiesta en nuestra forma de fertilizar las plantas. En los últimos años, la lana de oveja ha sido promocionada como un fertilizante natural, pero ¿es realmente tan efectiva como dicen?
Con su balido característico, grandes orejas caídas y su pelaje suave y esponjoso, las ovejas pasean por el prado saboreando el pasto. Lo que a primera vista parece una escena idílica, al observar más de cerca revela un cuidado vital del paisaje: muchas áreas verdes simplemente se volverían áridas sin la presencia de estos animales. Especialmente los diques se benefician de las ovejas: con cada paso firme, ayudan a consolidar el suelo, previniendo así posibles rupturas. Debido a sus ventajas, incluso algunos aeropuertos en Alemania como los de Hamburgo y Núremberg optan por utilizar ovejas como cortadoras de césped naturales.
La cría de ovejas produce cada año una cantidad considerable de lana. Sin embargo, esta lana, que a menudo está apelmazada y grasienta, ya no es adecuada para la fabricación de prendas de vestir. En cambio, puede utilizarse perfectamente como fertilizante. La lana de oveja tiene ciertas propiedades que influyen positivamente en el crecimiento de las plantas. Por lo tanto, se puede optar por utilizar la lana cruda fresca y sin lavar directamente de la oveja, o bien la lana de oveja en forma de gránulos.
La lana de oveja tiene algunas propiedades especiales que se pueden aprovechar para fertilizar las plantas.
Estos son algunos de los principales beneficios de la lana de oveja:
Como puedes ver, la lana de oveja puede ser aprovechada como fertilizante, y en ciertos jardines también se usa como material de acolchado. Sin embargo, al emplear lana cruda como fertilizante, es importante tener en cuenta algunos aspectos críticos, como los siguientes dos puntos:
Gracias a las propiedades beneficiosas de la lana de oveja, hoy en día se encuentran disponibles una amplia variedad de fertilizantes orgánicos que tienen como base la lana de oveja. En este proceso, la lana se compacta en pequeños gránulos. A menudo, estos fertilizantes de lana de oveja se complementan con otros materiales orgánicos naturales para suplir nutrientes faltantes o mejorar la capacidad de retención de agua. De esta manera, los gránulos de lana de oveja aprovechan las ventajas de este material y, al mismo tiempo, solucionan los problemas que pueden surgir al usar lana de oveja sin procesar como fertilizante.
Si deseas fertilizar tus plantas con lana de oveja sin procesar, desenreda la lana sin lavarla y colócala directamente en el hoyo de plantación o mézclala con el suelo utilizando una pequeña azada. Después, riega el suelo. Como alternativa, también puedes utilizar un fertilizante granular enriquecido con lana de oveja.
Funciona así:
1
Sigue las instrucciones de dosificación en el envase.
2
Si son plantas ya establecidas, esparce el fertilizante con lana de oveja sobre el suelo alrededor de la planta.
3
Usando una azada, incorpora suavemente los gránulos en las capas superiores del suelo. Para nuevas plantaciones, simplemente distribuye los gránulos en el hoyo de plantación.
4
Riega abundantemente el suelo alrededor de la planta.
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