Las azaleas

Gracias a su amplio espectro de colores, las azaleas aportan un toque multicolor a los jardines. Crecen fácilmente en los suelos humíferos arcillosos bien aireados y de pH ácido (entre 4,5 y 5,2). Además, el suelo debe estar fresco, un poco húmedo y contener los nutrientes necesarios. Aunque las azaleas son resistentes a la contaminación, necesitan ciertas condiciones muy particulares para adaptarse al entorno característico de una ciudad. Indispensablemente, deben contar con un lugar a mediasombra y cercano a árboles de raíces profundas, por ejemplo, robles, alisos rojos y alerces. Por lo tanto, no es recomendable plantar las azaleas en lugares orientados al este o al sur.

Debido al esparcimiento de sus raíces, las azaleas son extremadamente sensibles a la compactación del suelo en la superficie, por lo que hay que plantarlas en suelos mullidos. Cava un hoyo de plantación grande y añade un fertilizante especial para plantas acidófilas. Este tipo de sustrato se formula con un pH ácido para que las plantas se desarrollen bien.

Es importante regarlas regularmente, particularmente en los lugares soleados. En caso de sequía prolongada, las hojas suelen curvarse hacia abajo para combatir la evaporación. Ya que se trata de un arbusto perennifolio, es importante regarlo también en invierno cuando el tiempo atmosférico permanece seco y soleado durante mucho tiempo, ya que las hojas de la planta continúan evaporando y transpirando. Sin embargo, no se debe regar durante las heladas. En verano, riega la planta a diario en función de las condiciones imperantes. No obstante, hay que evitar cualquier anegamiento a toda costa.

Te recomendamos utilizar un fertilizante especial para azaleas para conseguir una fertilización óptima.