Los bojes son plantas versátiles: se pueden plantar en cajoneras de cultivo en balcones y terrazas y adoptar las formas más diversas mediante diversas técnicas de poda. Y, sin embargo, independientemente de los mejores cuidados que les puedas dispensar, la polilla del boj y las enfermedades podrían no darte ninguna tregua. Aquí, descubre valiosos consejos para cuidar tus bojes.
La polilla del boj es un insecto triturador que pertenece a la familia Crambidae. Es autóctona de Asia y fue introducida en Europa Central en 2007. Por lo general, la mariposa deposita sus huevos en el reverso de las hojas de los bojes y, seguidamente, algunos días más tarde, los huevos eclosionan, emergiendo orugas de algunos milímetros que posteriormente alcanzan varios centímetros de longitud. Además de las hojas, las larvas devoran la corteza y la madera de los bojes, lo que les ocasiona un gran daño y los condena a morir.
Como medida preventiva, examina tus bojes de marzo a octubre, semanalmente si es posible, y combate la plaga al primer signo de infestación.
Los daños causados por el hongo del boj son inmensos. El follaje y las ramas se marchitan, lo que supone un enorme estrago estético. La humedad y el viento son los vectores de transmisión del hongo del boj (marchitamiento de las ramas). También favorecen la infestación. Esta siempre tiene su origen en las hojas ya atacadas, ya sea que estén en el suelo o no. La propagación es especialmente rápida cuando la temperatura ronda los 25 ºC. Cuando las hojas permanecen húmedas entre 5 y 7 horas constituyen un potente vector, por lo que es algo que debe evitarse tanto como sea posible. En consecuencia, no riegues el follaje. Las variedades más sensibles son, a saber: Buxus sempervirens var. Suffruticosa, Rotundifolia y Raket.
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